Una de las peores noches que he pasado nunca, abrazado a ti y sientiendote más lejos que nunca.
Dos míseras horas es lo que he podido dormir, soñando contigo, reviviendo todo lo que hemos pasado, un sueño precioso la verdad, excepto por el final del sueño, dónde revivía este último mes que hemos pasado.
Y justo cuando me despierto te encuentro a mi lado, preciosa como siempre, pero claro, con móvil en mano, pasando a ser yo el segundo plato.
Te voy a ser sincero, no te he hechado de menos viejo amigo, para nada, estaba muy bien sin ti, pero aquí estoy de nuevo.
Me prometí a mí mismo que no volvería por aquí, o por lo menos no durante mucho tiempo, pero aquí estoy.
Parece mentira que desde aquel 4 de octubre del año pasado no haya aprendido nada, no he aprendido a valorarme ni a expresar mis sentimientos, y aquí estoy de nuevo, escribiendo mis sentimientos desde el móvil, por no hacer cualquier gilipollez que pueda perjudicar a más gente.
Y por lo que parece he vuelto para quedarme durante mucho tiempo, así que me despido ya de ti.
Esto no es un adiós, es un amargo Hasta mañana.
